“Déjeme decirle algo que nosotros en Israel tenemos en contra de Moisés. El nos llevó por 40 años a través del desierto para traernos al único lugar en Oriente Medio que no tiene petróleo!”
Golda Meir
Resulta paradójico que a pesar de no tener petróleo Israel goza de un PIB per cápita dos veces más grande que el de Arabia Saudita, país que cuenta con las reservas convencionales de petróleo más grandes del mundo. Una relación similar existe entre Costa Rica y Venezuela. Inicialmente esta comparación desafía la lógica. El poseer recursos naturales debería proveer a una nación con una ventaja económica sobre aquellas carentes del recurso. Sin embargo, infinidad de estudios económicos demuestran que los recursos naturales pueden en realidad convertirse en un impedimento para el desarrollo económico y social de un pueblo.
Existen varias teorías que permiten explicar las causas de este fenómeno económico. La primera teoría presume que la sobre dependencia de los ingresos provenientes de la explotación del recurso da lugar a una economía poco diversificada. Esto se genera en dos frentes. Por un lado el valor de las exportaciones del recurso natural produce una apreciación de la moneda local lo cual crea un incentivo para la importación en detrimento de la exportación. Por otro lado, la mano de obra disponible, atraída por los altos ingresos, migra hacia el sector de los recursos en desmedro de otros sectores de la economía. Se puede decir que el Ecuador sufrió esta realidad a raíz del inicio de las exportaciones petroleras las cuales dieron lugar a un incremento desmedido en el tamaño del Estado, un aumento sustancial de mano de obra en el sector de la construcción y al mismo tiempo un paulatino deterioro en la competitividad de la industria ecuatoriana. Cuando los precios del petróleo cayeron en los años 80, la economía fue incapaz de solventar la crisis pues dependía demasiado de un solo tipo de ingresos.
La segunda teoría está relacionada con el hecho de que el flujo de petrodólares crea un incentivo para que los gobiernos se embarquen en campañas de gasto y endeudamiento. Proyecciones sobre futuros ingresos son realizadas bajo la perspectiva del corto plazo; ignorando la naturaleza volátil de los mercados. El Estado se concentra en carreras armamentistas, grandes obras civiles y gasto insostenible en materia social. Los políticos de turno también tienen un gran incentivo para gastar ya que esto les da popularidad y les permite permanecer en el poder. Al mismo tiempo, agudizando el problema, el gasto en educación se reduce debido a lo que anteriormente expusimos como primera teoría. El Ecuador también sufrió este problema cuando procedimos en los años 70 a hipotecar nuestro país basados en el valor de las exportaciones de crudo de aquel entonces. El endeudamiento nacional que surgió a raíz de este proceso es una carga pesada en todos y cada uno de los ecuatorianos.
La tercera teoría que ayuda a explicar este fenómeno tiene que ver con la relación entre el descubrimiento y explotación del recurso y la madurez institucional de un país. Para muchos países en vías de desarrollo el descubrimiento de los recursos naturales se hizo en un momento en que estos contaban con instituciones pobres y débiles que fueron presa fácil de la corrupción y el manejo irresponsable de recursos. La falta de simetría entre los intereses del pueblo y los intereses de los mandatarios de turno se agudiza. Esto lleva a una concentración del poder en manos de unos pocos, a una injusta distribución de la riqueza y a un malestar generalizado en la sociedad. Otro aspecto importante que debe ser recalcado es la enorme asimetría de información que existió en nuestro país entre el gobierno y las compañías privadas que empezaron la explotación de petróleo. Las compañías privadas tenían una ventaja informativa enorme con respecto a nuestros gobernantes de turno cuyo entendimiento en materia de manejo de recursos era muy pobre. La combinación de naiveté y corrupción ha sido devastadora.
Ahora que nuestro país se enfrenta al reto de redactar una nueva Constitución y de emprender un nuevo camino hacia una economía dinámica, competitiva, justa y sobre todo sustentable a largo plazo, debemos asegurarnos de no repetir los errores del pasado. La solución al problema de la maldición de los recursos existe y se basa simplemente en pilares de transparencia y responsabilidad social. La transparencia elimina la asimetría de información entre ciudadanos y gobernantes y permite encontrar soluciones que beneficien a todos y no solo a unos pocos. Solo una sociedad civil activa, abierta y con conocimiento de los problemas que enfrentamos permitirá alcanzar los objetivos de desarrollo sustentable que el país se plantea en Montecristi.
lunes, 10 de marzo de 2008
La Maldición de los Recursos
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