La dura verdad acerca de la política del cambio climático es que ningún país querrá sacrificar su economía para enfrentar este reto, pero toda economía sabe que el desarrollo sustentable es la única forma de lograr objetivos a largo plazo.
Tony Blair
Dos recientes noticias son dignas de análisis. La primera es un artículo en el Washington Post acerca de los peligros que enfrenta la humanidad con respecto al calentamiento global del planeta. Este artículo indica que, de acuerdo a los científicos de la ONU, el mundo debe poner fin al aumento en la emisión de gases de efecto invernadero dentro de 7 años y estar libre de tecnologías que emitan estos gases dentro de 4 décadas. De no hacerlo, cerca de un 25% de las especies del planeta podrían desaparecer debido al incremento en la temperatura. La otra noticia es la generada por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que recientemente publicó su reporte anual World Energy Outlook 2007- China and India Insights. En este documento, la AIE expone que, bajo el incremento actual de consumo energético, las emisiones de CO2 podrían ser un 57% más altas en el 2030. Esto es, en su mayor parte, debido a la expansión económica de China e India. Otra sorprendente conclusión del reporte: incluso si cada país adopta medidas preventivas hoy, las emisiones de CO2 serian todavía un 25% más elevadas en el 2030.
Estos artículos son interesantes porque exponen claramente un profundo dilema en nuestra sociedad de consumo. El incremento en el nivel de vida que todos ansiamos y trabamos por lograr, requiere inexorablemente de un incremento en el consumo energético. ¿Cómo podemos reducir la demanda de energía y satisfacer el deseo de progreso de los más de 1600 millones de seres humanos que no poseen acceso a energía eléctrica? Crecimiento económico y demanda de energía son variables inseparables.
Responda esta pregunta respecto a su propio estilo de vida:
¿Utiliza usted más energía en su vida cotidiana hoy que hace 10 años? Si la respuesta es sí, es muy probable que su condición económica sea mejor que hace diez años. Si responde no, es muy posible que su condición económica haya empeorado. Cuando se trata de progresar, lo primero es la energía.
Por otro lado, sea usted un creyente o un escéptico de las teorías del calentamiento global del planeta, no puede dejar de apreciar el cambio climático que estamos experimentando. Es difícil saber si estos cambios darán lugar a catástrofes de las cuales los científicos de la ONU hablan, pero es claro que no podemos tomar una actitud de esperar y ver que pasa. Sin embargo, los fundamentos económicos nos obligan a utilizar la energía que es más barata de producir, y por el momento los combustibles fósiles no tienen rival alguno en cuanto a costos y adaptabilidad se refiere.
¿Qué podemos hacer entonces para lograr reducir las emisiones de CO2?
Para responder esta pregunta, primero analicemos los factores que influyen en la emisión de CO2. Una herramienta que permite estudiar este tema es la ecuación de Kaya, conocida por el nombre del profesor japonés que aparentemente popularizó su uso. La ecuación de Kaya es muy simple y se lee así:
Como se puede observar existen 4 factores que afectan la emisión de CO2. Cambios en estos factores pueden ayudar a reducir la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Pongamos como objetivo reducir la emisión de CO2 en un 50% para el 2050 como esperan los científicos de la ONU y veamos que debe pasar para que esto suceda.
Población. Este factor tiene una clara relación con emisiones de CO2. A mayor población, mayor consumo de energía y dadas las alternativas energéticas actuales, mayor emisión de CO2. Se espera que la población mundial incremente de 6,600 millones a 9,400 millones de habitantes para el 2050 (un incremento del 40%). Si la población aumenta en un 40%, para lograr una reducción de emisiones en 50% se requiere reducir las demás variables por un factor = 1.4 x 2= 2.8 o aproximadamente 3.
Producto Interno Bruto (PIB) por Habitante. Este es el ingreso per cápita de un país. Una medida de la riqueza promedio de sus habitantes. Para reducir la emisión de CO2 en un 50% podríamos reducir a un tercio el PIB per cápita (si las demás variables no cambian), pero esto significa que la economía mundial tendría que sacrificar la riqueza de sus habitantes. Ya que ningún país estaría dispuesto a poner un freno a su crecimiento económico descartemos por el momento esta idea.
Por el contrario, pensemos que si el PIB por habitante crece al 1% anual hasta el año 2050, este se incrementará aproximadamente en un 50% para el 2050. Un incremento poblacional del 40% y un incremento en el PIB per cápita del 50%, indican que para reducir emisiones en un 50%, necesitamos reducir las dos variables restantes por un factor igual a 1.4x1.5/0.5= 4.2 .
Energía por $ del PIB. Este factor indica cuanta energía es necesaria para generar un dólar de producción. Este factor es denominado como la Intensidad Energética de la Economía. Debido a los avances tecnológicos y a logros en términos de eficiencia, la intensidad energética se ha reducido. Como contexto, según ExxonMobil, en 1980 se requería cerca de 2.5 barriles de petróleo equivalente para generar $1000 de producción, se espera que en el 2030 se requiera solamente la mitad . ExxonMobil anticipa una reducción de la intensidad energética del 1,6% anual hasta el 2030. Si prolongamos esta tendencia hasta el 2050, la intensidad energética se habrá reducido en un 50% con respecto a niveles actuales. Entonces, para poder reducir las emisiones de CO2 en un 50%, sería necesario reducir la ultima variable, la intensidad de CO2 en la energía utilizada, por un factor = 1.4 x 1.5 x 0.5 / 0.5 = 2.1.
Intensidad de CO2. Este factor indica cuan dependiente es la generación de energía en los combustibles fósiles. Francia, que genera gran parte de sus necesidades de energía eléctrica mediante el uso de reactores nucleares, tiene una intensidad de CO2 más baja que la China, país que satisface la demanda de energía eléctrica, en su mayor parte mediante la quema de carbón.
Como mencionamos anteriormente, necesitamos reducir la intensidad de CO2 a la mitad para poder cortar emisiones en un 50%. Es esto factible? Es muy difícil que el mundo pueda reducir la intensidad de CO2 dentro de las próximas cuatro décadas como sugieren los científicos de la ONU. Por ejemplo, sabía usted que en la China, se instala el equivalente a una planta de carbón de 1000 MW cada semana? El tiempo de vida de cada planta es de 40 años. En India, en donde más de 400 millones de personas no tienen acceso a electricidad, el gobierno planea un programa masivo de electrificación que sin lugar a dudas se apoyará en las extensas reservas de carbón que el país dispone. Esto es importante porque la quema del carbón para generación eléctrica es el principal causante de emisiones de CO2 en la atmósfera.
Pero qué pasa con las energías renovables? Pueden estas proporcionar el necesario alivio? Las proyecciones indican que las energías renovables serán incapaces de satisfacer ni siquiera la demanda incremental que se anticipa para el 2030.
La ecuación de Kaya ofrece una forma simple e intuitiva para entender los principales factores que afectan las emisiones de CO2. No pretende ser una forma exhaustiva de análisis de un problema sumamente complejo, pero permite empezar la discusión sobre bases reales, algo que es difícil encontrar últimamente en los reportes sobre el tema en los medios de comunicación.
Es indispensable que la comunidad mundial trabaje en conjunto para reducir emisiones de CO2.
Esto se logrará solamente mediante una acción colectiva, más allá del Protocolo de Kyoto, que fomente la inversión en tecnologías que permitan reducir la demanda de energía sin sacrificar el crecimiento económico. En particular, como lo indica la ecuación de Kaya, medidas que incrementen la eficiencia y reduzcan la intensidad de CO2 son indispensables. En este último aspecto, la tecnología de secuestro y almacenamiento de CO2 ofrece una excelente oportunidad.
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